dissabte, 8 de novembre del 2014

Com es fomenta la cultura a Catalunya: Jordi de Fenollar (III)

A propòsit del que hem estat parlant estos dies sobre la presència del valencià en els mitjans i la diferència amb Catalunya, recupere un article publicat per Teodor Llorente Falcó, fill del patriarca de la Renaixença, de la sèrie que vaig començar fa un temps amb els articles que aquell autor va publicar en Las Provincias al llarg de l'any 1930, amb el pseudònim de Jordi de Fenollar, just abans de l'arribada de la Segona República. Com es pot comprovar en els seus escrits, Llorente era el típic conservador de la segona generació de la Renaixença: partidari de la unitat de la llengua i admirador del nacionalisme català, però valencianista en l'àmbit polític, simbòlic i cultural, i ben conscient de la molta faena que calia fer de manera constant. Un dels textos que va escriure llavors estava precisament dedicat a l'enorme tasca de foment públic i privat de la cultura a Catalunya, en contraposició amb el que passava a terres valencianes. Vos el copie a continuació perquè, si el traslladem al tema concret de la cultura valenciana, pareix que, a pesar dels 84 anys transcorreguts, continuem en una situació molt similar. És cert que ara tenim l'AVL, una sèrie de premis literaris i algunes ajudes públiques, però no és suficient. I, sobretot, si mirem al sector privat, als nostres prohoms, ¿qui hi que faça una tasca de mecenatge de la cultura en la nostra llengua? Potser n'hi han més, però l'únic nom que em ve ara al cap és Lluís Planes, qui, no debades, rebrà en breu el premi Joan Baptista Basset de l'Associació Cívica Tirant lo Blanc. A vore si s'anima algú més. Molts ho agrairem i reconeixerem públicament. Igual som més, fins i tot, que els runners de la ciutat de València...

Lluís Planes, un dels pocs exemples d'empresari amb èxit i mecenes de la cultura valenciana

Cómo se fomenta la cultura en Cataluña 
 (Teodor Llorente Falcó, Las Provincias, 22 de maig de 1930)

En Valencia la mayoría de la gente que dispone de medios económicos no piensa, para la hora de la muerte, más que en a salvación de su alma. No censuramos este criterio. Salvar el alma del castigo eterno es deber primordial de todo buen cristiano. Pero es que esto no es incompatible con acordarse de la vida cultural en sus diversos aspectos, ya que también se hace una obra muy meritoria ante Dios difundiendo la cultura. Bueno es que para bien de alma se deje lo que en vida, muchas veces, debió darse; pero no se olviden instituciones que pueden prestar grandes beneficios a la sociedad, y que por falta de suficientes recursos no pueden desenvolverse debidamente.

En Cataluña no sucede esto; hay dinero para todo. Gracias a esto los hombres dedicados al estudio cuentan con estímulos suficientes para entregarse con todo entusiasmo a dicha labor cultural. El número de legados destinados a tales fines es muy nutrido, y en este artículo nos proponemos enumerar algunos de ellos. El Institut d'Estudis Cataláns tiene establecidos los siguientes premios: de Francisco Vives, consistente en 5.000 pesetas, y que se adjudica cada cinco años, para un trabajo de investigación histórica de Cataluña; de Isidro Bonsoms, de 10.000 y un accésit de 2.000, cada quince años, a la mejor obra sobre Cervantes; y de Durán y Bas, de 5.000, cada cinco años, a una obra jurídica o social. El Ayuntamiento: Premio Martorell, de 20.000 pesetas, cada cinco años, a la mejor obra de arqueología de España; de Fernando Asina, 6.000, cada cinco años, al mejor trabajo de investigación científica en Ciencias físicas; de Pelfort, consistente en dos becas para estudiar instituciones pedagógicas en el extranjero, entre alumnos de la Escuela Normal de Maestros, con un donativo de 4.000 pesetas, al que más se haya distinguido en sus estudios; y de Masana, de 20.000 pesetas, cada cuatro años, a la mejor obra ilustrada sobre iconografía o historia de la indumentaria catalana. Academia de Buenas Letras: Premios de Patxot y Ferrer, cuatro anuales de 2.000 pesetas cada uno, con sujeción a temas de la vida catalana.

Sociedad Económica de Amigos del País: Premio de Angel Baixeras, 1.000 pesetas, a instituciones de carácter benéfico; del doctor Francisco Garí y Boix, 1.100 pesetas, para recompensar actos morales de notable utilidad social; de Brusi Ferrer, importe de los cupones de una anualidad de varios títulos de papel de la Deuda, con destino a la muchacha que a juicio de la Junta lo merezca; del doctor Marques y Matas, de 1.800 pesetas, para el mejor alumno de la Facultad de Farmacia; de doña Dolores Borrell, de 300, al estudiante que, ganándose su subsistencia, acredite mayor lucimiento en sus estudios; de José Pelfort y Manció, 1.500, sobre un tema de investigación científica; del doctor don José Blanc y Benet, de 1.000, sobre un tema científico catalán; y de Agell, de 2.000, de carácter cultural, y que se viene adjudicando desde hace 63 años. Fundación Marí Patxot Rabell: Concede becas para estudiantes catalanes pobres de gran capacidad, con objeto de que puedan proseguir sus estudios, y premios de 10.000 y 5.000 para monografías sobre diferentes materias, y de las que se han publicado ya varias. Fundación Bernat Metge, iniciada por Cambó, y que tiene por objeto la traducción al catalán de los clásicos griegos y latinos, habiéndose publicado ya gran número de volúmenes. El Premio Creixell, de 5.000 pesetas, anual, a la mejor novela catalana.

Y aun pudiéramos añadir otras muchas más, entre ellas una de Cambó, para conferencias y cursos en la Universidad de París; otra, también de Cambó, para publicar la Biblia en catalán; una tercera, para la publicación en catalán también de la Biblia que están haciendo los monjes de Montserrat, etc., etc. Este es el cuadro que ofrece Cataluña en favor de su movimiento cultural. ¿Están seguros de que cumplen con sus deberes valencianistas los hijos de esta tierra que, contando con disponibilidades económicas, se olvidan de sostener y fomentar los fines culturales de su amada Valencia?